El Cementerio Municipal (1900) contiene suntuosas sepulturas de estilo modernista de la escuela de Gaudí. Cerca de la Estación Término, a la entrada del pueblo y al pie de una fuente luminosa, unos versos de Sebastià Sánchez Juan exaltan el carácter peculiar de los habitantes de Lloret:
"Fora d'humana mida no resulta res que es doni a Lloret: atzar, fatic, recordats piament, tenen un culte al fons del cor com en un vidre antic."
(Camí del repòs, Ctra. Blanes (200 metros de St. Quirze)
El cementerio modernista de Lloret de Mar fue una obra que se proyectó a finales del siglo XIX y que se fue configurando durante los primeros años del siglo XX. Es, sin duda, un conjunto de indudable interés, que abre una amplia perspectiva de lo que fue el arte funerario durante aquella época.
La inauguración oficial de este recinto tuvo lugar el 2 de noviembre de 1901 y, a partir de entonces, participaron arquitectos y escultores de fama: Josep Puig i Cadafalch, Antoni M. Gallissà Soqué, Vicenç Artigas Albertí, Bonaventura Conill Montobbio, Ismael Smith, Eusebi Arnau...
En la formación de este cementerio cabe destacar el papel jugado por los particulares que financiaron su creación, tanto respecto a su estructura general como a la elevación de las sepulturas. En este sentido, hay que señalar que a principios del siglo XX había muchos indianos que habían hecho fortuna en el continente americano y que, una vez consolidada su posición social y económica, decidían retornar a su villa natal. Una vez aquí se hacían construir una casa muy lujosa que, además de evidenciar su riqueza, les permitía vivir bien en el mundo de los vivos, y se construían un buen mausoleo; otro signo de distinción y que, en este caso, les tenía que permitir vivir bien el mundo de los muertos.
El cementerio de Lloret de Mar puede considerarse uno de los conjuntos con muestras más significativas de lo que fue el arte funerario catalán del periodo modernista.