Situado a 5 km del centro del pueblo, perteneció antiguamente al gremio de pescadores. Las primeras noticias datan del año 896 dc, del siglo X. Tiene una pequeña capilla denominada de la Mare de Déu de Gràcia, de estilo barroco.

La ermita originaria se llamaba Sant Pere Salou y más tarde Sant Pere del Bosc. Se dice que los religiosos benedictinos habitaron el monasterio hasta que fue incendiado por los franceses invasores en el año 1694. Esta comunidad se incorporó entonces a la de Sant Pere de Galligants, y se cerró el monasterio. La imagen de la Virgen se trasladó a la Parroquia, donde sigue recibiendo el homenaje de los fieles. En 1759 se reedificó la ermita en estilo barroco - antes había sido gótica.


Pero la época de oro de Sant Pere no empezó hasta el año 1860, cuando la capilla y las tierras fueron adquiridas por Nicolau Font i Maig, llamado "conde del Jaruco". La Verge de Gràcia fue, y es todavía, la finca más señorial de Lloret. El Sr. Font i Maig podía oír misa a través de una celosía que domina el altar mayor, sin levantarse de la cama. En la cripta de la capilla descansan los restos mortales de la familia en tumbas de mármol.

El propietario que lo adquirió, el indiano Nicolau Font i Maig, llevó a cabo diversas reformas y embellecimiento en el monasterio, la dirección de las cuales fue encargada al arquitecto Josep Puig i Cadafalch quien, ayudado por Enric Monserdà i Vidal en la parte pictórica y por Eusebi Arnau i Mascort en la parte escultórica, que también llevaron a cabo la edificación y reforma de la capilla de la Mare de Déu de Gràcia y la extensa cantidad de obras entre las que destacan la Cruz de Término y el Monumento del Ángel.

En homenaje a Nicolau Font i Maig se colocó ante el Santuario su estatua de mármol, del año 1911.


La fiesta del primero de mayo, cuando se celebra la memoria a la ermita desde el año 1703, tiene un cariz muy tradicional y popular. La distancia desde el pueblo es larga y la gente se prepara ya la víspera para subir a Ntra. Señora de Gràcia, con la intención de pasar allí todo el día. Después de la misa solemne se iba en procesión hasta la Cruz donde un predicador dirigía la palabra a los fieles en medio del bosque. Después el Coro de las Hijas de María entonaba el cántico a la Cruz de Mossen Cinto Verdaguer, con música del maestro Candi, y el pueblo cantaba la tonadilla: "Cruz sagrada, cruz amada de nuestro corazón".